...y voy a dejar aquí algunas impresiones que tuve según vayan volviendo, de manera fluida...

Ortega habla desde ese lugar en el pasado que no se ve alterado por las mareas de la actualidad. Tiene esa cualidad... ¿saben de qué hablo? De los clásicos.
El clásico es una forma que no envejece. Es, tal vez, por la consciencia de sí que imprime en lo que hace, que la vuelve perfecta, porque dice exactamente lo que quiere decir, sin extralimitarse y eso la hace inamovible y al mismo tiempo siempre abierta a volver a interpretarse.

Es la primera vez que tengo el placer con "el bueno de Ortega", como lo llamaba una amiga. El libro que tengo entre manos es "la rebelión de las masas", acabado de imprimir en España el día 6 de julio de 1979.

Me gusta cuando la lectura desvela las coordenadas vitales-intelectuales de quien escribe. Que nos cuente que está en París y se siente solo y se queja de la pseudointelectualidad y habla con las estatuas.
Ortega se esfuerza en dejarnos ver su posición humana de la manera más exacta posible,
sin omitir (¡gracias!) su perplejidad acerca de todo, de existir, de pensar y de las paradojas
que impone el lenguaje al expresar ese pensar. Muestras de humanidad como estas, me acercan
al autor y me hacen sentir más humano.

Siento algo de miedo al aventurarme a comentar la temática del libro, porque son conceptos
que me revuelven, y que me tienen actualmente en una montaña rusa intelectual. No descarto que esta zozobra sea un estado fértil para la escritura.

En cualquier caso, que me ocurra esto habla muy a favor del libro, y es que estos son los objetivos que declaradamente persigue, observar con asombro y extrañeza hechos normales, banales, que no requieren en principio explicación,
para destapar cuestiones problemáticas urgentes y críticas.

Ortega nació exactamente cien años antes que yo, y admito que esto me despierta una curiosidad especial por sus puntos de vista. La lejanía en el tiempo de sus observaciones podría hacer pensar que es poco probable que algunos cuadros coincidan o sean útiles para el presente. Pero mi actitud al respecto
es diferente, porque parto de la base de que hay una continuidad y de que es de enorme valor apreciar las instantáneas que Ortega pudiera tomar, y servirme de ellas, aunque fueran tomadas desde un paradigma que (por supuesto y como todo) está ahora sujeto a crítica y a revisión. Al fin y al cabo,
hacer una crítica del presente puede hacerse solo desde el presente, y aquellos hechos que pretendemos criticar o trascender proporcionan el marco en el que vivimos, y pueden condicionarnos de formas que no podemos preveer.

Quizá ahora esté más preparado para entrar en materia, no lo sé.

Las aglomeraciones, la masa, el lleno. Esta es la observación fundamental de la que parte el libro.
¿Copiaremos un fragmento?

"...Una facción de nuestra época que es visible con los ojos de la cara.
Sencillísima de enunciar, aunque no de analizar, yo la denomino el hecho de la aglomeración, del 'lleno'.
Las ciudades están llenas de gente. Las casas, llenas de inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes.
Los trenes, llenos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Los paseos, llenos de transeúntes.
Las salas de los médicos famosos, llenos de enfermos. Los espectáculos, como no sean muy extemporáneos,
llenos de espectadores. Las playas, llenas de bañostas. Lo que antes no solía ser un problema, empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio."

Yo quiero ser parte de la masa.
Cuando un enunciado se nos presenta del tipo "hay dos tipos de personas". En este caso, las minorías y la masa. Uno parece que se ve en la obligación de posicionarse.
Ortega sostiene que la masa en general ha adquirido la aspiración a ser minoría. lo que diferencia las minorías (élites) de la masa es su conformidad con identificarse o no con "la gente", "el resto", "el grupo en general".
La masa, por definición, es feliz sintiéndose igual a todo el mundo. La minoría es minoría en razón de su disidencia con el sentir general, esa separación es su motivo de ser.
Por lo tanto, una sociedad en la que no hay masa, sino que la masa, el "todo el mundo", pretende ser diferente y estar en desacuerdo con el sentir general (¿les suena de algo? a mi sí), es, a mi entender a lo que se refiere Ortega con la expresión de "La rebelión de las masas".

Hay bastantes reacciones controvertidas en mí a las ideas que derivan de esto.
¿Está Ortega justificando un esquema social de dominación de la élite sobre el populacho?
¿Está queriendo decir que el "pueblo" debería quedarse donde está y no aspirar a más?
¿No tenemos todos el derecho al bienestar y a la cultura..? aunque eso se da por descontado,
ya que la cultura popular satisface también las necesidades estéticas de la gente y no es peor que la cultura de élites.

Todas estas cuestiones, tal como han evolucionado unas décadas después de que Ortega hiciera al mundo notar estas observaciones, han dejado los términos tan revueltos y mezclados que se vuelven
irreconocibles. La publicidad, dirigida a "la masa", tiene como objetivo hacer sentir único y especial a TODO el mundo. El éxito en la vida es un imperativo cultural por el que hay que esforzarse, no basta con vivir y contentarse y estar contento, lo cual siempre fue el leitmotiv de quienes estaban bien siendo parte de la masa.

Demasiado vértigo me da relacionar el respaldo de esta cultura vital con las necesidades de crecimiento ilimitado capitalista. Así que eso lo dejo a la fantasía del consumidor y voy a volver a una idea con la que empecé esta parte después de la cita de nuestro amigo para ya ir terminando.

Me gustaría conformarme.
Me parece una idea bonita. Con-formarse para mí significa acomodarme a mi forma más natural, la que menos esfuerzo me supone. No quiero diferenciarme de mis hermanos y hermanas, del resto de la humanidad,viviente y ancestral. Es cierto, visto desde este punto de vista, que hay peligro en que la masa en su totalidad quiera verse a sí misma como la minoría, hasta el punto extremo y duro de acabar siendo un "yo, minoría absoluta".
Esto resuena completamente con el concepto que enseña Un Curso de Milagros, el deseo de ser especial.
Yo deseo ser igual, o mejor dicho, relacionarme como un igual con mis hermanes, porque así es como se han dado los mejores momentos compartidos con los otros.

Gracias por leerme si has llegado hasta aquí eres un gran lector y pido discuplas si he sido un mal guía de mi pensamiento caótico y te he mareado con frases complicadas. Vuelve cuando quieras
a keder.hotglue.me, quizá haya cosas nuevas y diferentes

Un saludo, Keder
esto es el título de una canción de extremoduro, no, de un disco... creo.